Todo vehículo matriculado debe tener obligatoriamente un seguro de circulación según dicta el real decreto 8/2004/ del 29 de agosto.

Debes de tener en cuenta, que por ley, la única cobertura obligatoria es la de Responsabilidad Civil, pero hay otras que también deberías considerar a la hora de contratar tu seguro, como pueden ser:

• La defensa jurídica que te permita acceder a abogados de libre elección, además de los de la propia compañía en caso de siniestro.
• Que la asistencia en viaje sea desde kilómetro 0, teniendo opción de llevar con grúa el vehículo a tu taller de confianza, estés donde estés.
• La rotura de lunas, para que en caso de que los cristales de tu vehículo queden dañados, puedan ser reparados con la mayor brevedad.

Y otras garantías complementarias, como el robo, el incendio, la colisión con animales, los daños por fenómenos atmosféricos o los daños propios.